Historia e Inscripción
Según Wikipedia, la Maratón de Nueva York es un maratón de 42,195 kilómetros de trayecto que se celebra cada año, desde 1970 en las calles de la ciudad norteamericana de Nueva York. Es integrante de los World Marathon Majors, una competición que agrupa los seis maratones más importantes del mundo (NYC, Chicago, Boston en America, Berlín y Londres en Europa y Tokio en Asia).
El maratón de Nueva York fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes en el año 2014.
El crecimiento del Maratón de Nueva York ha propiciado que, actualmente, la participación popular se logre a través de un sistema de sorteo entre los que se inscriben. En 2013 ya finalizaron la prueba más de 50.000 corredores, convirtiendo este Maratón en el más multitudinario del mundo. Además, la celebración de la carrera está acompañada de una semana de actos y exposiciones destinadas a corredores, acompañantes y familiares.
Para ello, la organización moviliza a más de 9.000 voluntarios que trabajan durante las actividades previas al Maratón y el mismo día de la prueba, situándose a lo largo de un recorrido que concentra a más de dos millones de espectadores.
La única cancelación en la historia del Maratón de Nueva York se produjo en 2012, a causa del huracán Sandy, aunque miles de personas se concentraron para correr en Central Park, reforzando así el simbolismo de esta prueba. Fue llamado la “Impromptu Marathon”, la maratón improvisada, en la que por cierto tomé parte con una marca de 4.08.
Para aquellos que quieran correr la maratón de
Nueva York, todos los años se abre el plazo de inscripción hasta mediados de
marzo. Para inscribirte te pedirán tus datos personales, que seas mayor de 18
años el día de la carrera y que acredites, si puedes, tu marca de maratón
aportando el diploma de llegada de alguno de los maratones que sirven para
acreditar marca (en España hay varios maratones que están admitidos)
En el caso de que no acredites marca, o que ésta
no sea considerada como suficiente, entrarás a formar parte de la lotería, que
se celebra en Abril, en el que se asignan al azar las plazas restantes de
la maratón.De todas formas, si un año no te toca la lotería y no puedes
participar (generalmente se inscriben 5 veces más personas de las que pueden
participar, por lo que no es fácil que te toque la lotería), no desesperes porque
si participas durante 4 años en la lotería y no te toca plaza, al quinto año
tienes tu participación asegurada.
Además, si tienes plaza para un año y renuncias a
ella (por una lesión, un compromiso ineludible,…) al año siguiente podrás
correr la maratón de Nueva York, pues te adjudican automáticamente la plaza
para la siguiente edición, siempre que hagas esta renuncia en el plazo y en las
formas convenidas.
Otra forma
de asegurarse la participación es pagar por tu inscripción una cantidad de
dinero para la caridad, o bien aprovechar alguna de las plazas para corredores
internacionales que se ofrecen a cambio de una cantidad de dinero, pero en este
último caso aunque renuncies a tu participación no tienes derecho a participar
el año siguiente en la carrera.
La preparación
Preparar una maratón, como todo el mundo sabe, no es fácil. Entre 4-6 meses de salir a corrrer con calor, frío, lluvia o nieve, teniendo ganas y sin tenerlas, y con largos de fin de semana de unas 2 horas que obligan a sacrificar cenas y copas del sábado noche.
En mi caso, ha sido duro pero he tenido suerte con las lesiones, no he tenido ninguna seria aparte de mi habitual fascitis plantar moderada, y es la primera vez que me va tan bien. Eso es bastante para decir que ha ido muy bien.
Los largos del domingo he intentado hacerlos coincidir con carreras, como las medias maratones de Marbella, Motril o Aracena-Jabugo. Cuesta, pero menos.
Los handicaps
No han sido pocos, como la poca disponibilidad de timpo para entrenar, el trabajo, el asma, pero en especial uno: que he entrenado sólo. Eso requiere una preparación psicológica especial, porque siempre te preguntas qué falta hace pegarse estas palizas.
Viaje a USA
El sorteo empieza en enero/febrero, y hay que andar rápido. Esta vez tuve suerte y me cogieron. De entre 150.000 solicitantes, sólo 40-50.000 reciben un dorsal. Luego buscar vuelo y hotel, e intentar estar cerca del centro para hacer turismo los días libres.
El día del
viaje es algo especial, empiezan los nervios. Repaso a todo lo que hay que
llevar, porque seguro se olvida algo, y luego Murphy que aparece cuando menos
te lo esperas.
En efecto,
me llevo dos relojes GPS, el que uso normalmente y uno viejo medio destrozado
por si acaso. Pues se le va la batería a las dos, y listo de mi, no me llevo
cargador ni tengo forma de reaccionar porque me doy cuenta la noche antes. Ni
el Macys abierto por la noche tenían cargadores ni relojes parecidos.
Encima es
USA. Que sí hay que hacer la declaración ESTA, como un visado online, que hay
que tener en cuenta lo que llevas, porque si no llevas batería en los móviles o
pc, pues tienes un problema. Vamos, que si llegas es porque la fortuna y Obama
han querido. Aunque también creo que los vigilantes del control de entradas
tienen especial simpatía por los marathoners, total, que va a hacer un pringado
que sólo va a correr por todo NYC sin motivo aparente.
La Expo
Especial
mención tiene esta expo en Jacobs Javits Center. Es de las más impresionantes.
No sólo porque tenemos que pasar +50.000 runners y sus familias en sólo 3 días
a recoger el dorsal y mirar cosillas, sino también porque se exponen las
últimas novedades del mercado con lo que siempre necesitas y crees que nadie ha
inventado. Pues sí, allí está: el último reloj GPS que te avisa cuando entrenas
por debajo de la zona de RC planificada o tu VOX es bajo, el último artilugio
para masaje con rodillos o con palo, el último gel energizante que te hace
pasar mejor las penurias de quedarte muerto en el km 35,…
Pero lo
mejor son los vendedores estadounidenses, vaya marketing power ¡ Es difícil que
no te convenzan, es allí donde se saben todas las selling tecniques.
El dorsal es
otra historia, con chip incorporado e información de urgencia, así como pase
para el transporte, y método de recogida de equipaje. Para enmarcar ¡
El viaje a la carrera
Sí, el
viaje. NYC es grande, y el hecho de que la salida esté algo retirada de la
meta, yo diría 15km, tampoco ayuda.
Pues yo
empezaba a correr a las 9.40 si todo iba bien, y como me gusta apurar y dormir
suficiente, siempre con el tiempo justo, pues en eso que a las 5.00 me puse en
marcha. Claro:
- coger el
metro desde Midtown a downtown… A esa hora de la mañana como a cualquier otra del día, pasan
contados trenes y hay que mirar la hora a la que pasa porque igual tienes una
oportunidad. Sí, en NYC no hay mucha frecuencia de trenes, todo el mundo lo
sabe. Además para llegar a South Ferry tienes que cambiar de vagón en Rector
St., como si en vez de NYC fuera la Alcarria…
- llegar al
Ferry y pasar el minicontrol, esperar con cientos/miles de corredores, hacer el
abordaje al Ferry, y buscar asiento. Eso sí, las vistas no tienen precio, en
especial las del skyline de downtown con la inmensa Liberty tower o WTC1.
- el Ferry
llega a Staten Island, una isla que no parece Nueva York, o al menos, la parte
obrera, y cogemos el autobús a la salida. Diez minutos después de ir por la
isla descubrimos que volvemos al punto de inicio, pura lógica yanqui, yo colijo
que se debe a que no tienen rotondas para dar la vuelta, pero sigue siendo
difícil de creer. De allí, con calles escoltadas por la policía, nos dejan a
las faldas del puente Verrazano.
- llegada al
Verrazano bridge y caminata hasta los start villages. La nomenclatura me costó
entenderla:
·
Wave: es
como la ola de salida. Había 4, yo estaba en la primera junto con élite,
subelite y locales. Pero no venirse arriba, también con abuelos y niños.
·
Start
village: donde esperabas que te llamaran, con café del Dunkin donuts, bagels,
zumos, barritas, agua, geles y fruta. Pero, claro, a la intemperie con 5 grados
de temperatura y un frío espeluznante.
·
Corral:
literal, un corral cercado con valla metálica, y por supuesto en un orden
inexplicable, los que iban más rápido detrás. Imagino que no sería así, pero
daba la sensación porque te llevabas toda la carrera adelantando a gente.
-
Por fin la
salida...
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