La meta
No hay
palabras para describir lo que se siente. Piensas tantas veces en ese momento
en 4 meses de entrenamiento y durante tus años de corredor popular, que cuando
llega simplemente cada uno experimenta sus propias emociones.
Al principio
te emocionas, y parece que se te van a llenar los ojos de lágrimas. Sientes que
has trabajado mucho, has sacrificado mucho, tú y tu familia, has hecho un
esfuerzo con una disciplina y una constancia que dejan huella, y al final ves
como merece la pena, como todo encaja. Has pasado un límite, tu propio límite.
Hay pocas cosas que logren aflorar mis sentimientos, pero desde luego llegar a
la meta de una maratón es uno de ellos, uno muy especial.
Cada uno
corre por un motivo: superar sus límites, una promesa, por un familiar al que
quiere animar, por una obra de caridad.., pero hay algo que engancha a esto de las
maratones y es ver que la naturaleza humana puede llegar muy lejos, que somos
capaces de hacer algo todos juntos que supone un gran esfuerzo y sacrificio, y
a la vez ayudar y alentar a otros a conseguirlo.
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